Mi nombre es: Alexandro Cea.
Soy de: Santiago de Chile.
Estudié en la Escuela de Derecho PUCV entre los años: 2008 y 2014.
Trabajo en: Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
Estudios de posgrado: Magíster en Políticas Públicas, Economía y Gestión Pública en la Universidad del Desarrollo y Diplomado en Compras Públicas en la misma universidad, ambos en curso.
1.- El mejor recuerdo que tengo de la Escuela.
No podría pensar en un solo mejor recuerdo, son demasiados. La calidad de los profesores y de las clases (aunque iba poco), las pruebas y exámenes orales (por alguna razón los disfrutaba), el haber sido ayudante, el 7.0 en el examen de grado. El compartir con mis compañeros en la Universidad y fuera de ella. Las campañas de política universitaria, las asambleas, los paros y las tomas (yo siempre estuve en contra es estas últimas, pero tengo buenos recuerdos y aprendizajes de los debates de fondo que se generaban).
Sin embargo, por sobre todo, tengo muy buenos recuerdos de personas en particular. Algunos profesores y profesoras, amigos y compañeros, secretarias y funcionarios de la Escuela. No los podría mencionar a todos ahora, pero al evocar recuerdos sobresalen estos lazos de amistad y de confianza que fueron generándose con distintas personas en mi paso por la universidad y que hoy recuerdo con mucho cariño.
2.- Algún bochorno académico o anécdota universitaria.
Más de alguno, pero esta anécdota es de las mejores: cuando estaba en tercer año, una enfermedad autoinmune me dejó completamente tetrapléjico. Estuve cerca de 2 meses hospitalizado en el Van Buren y, luego, unos 6 meses rehabilitándome hasta recuperarme completamente. Por supuesto perdí el año. Sin embargo, en todos los sentidos, el apoyo de la Escuela, de los profesores y de mis compañeros y compañeras fue extraordinario.
En esos tiempos se organizaban fiestas en el espacio que está entre los dos patios, donde había una cafetería (por eso les llamaban “cafetazos”). A mis compañeros se les ocurrió organizar un evento solidario para recaudar fondos, donde atenderían ellos mismos sirviendo choripanes, cervezas y alguna que otra cosa. Para hacerlo más llamativo lo llamaron “cafetazo con piernas” y todos los que lo atendieron, hombres y mujeres por igual, lo hicieron utilizando shorts. Fue un éxito.
Un amigo incluso se ofreció a sacarme del hospital en una camioneta para poder asistir a tal magno evento en una silla de ruedas y devolverme al hospital día siguiente. Yo estuve de acuerdo. Pero por más que insistimos en lo razonable de la iniciativa, por supuesto, los médicos del hospital no lo vieron del mismo modo y no autorizaron mi salida.
4.- ¿Qué otras actividades o pasatiempos pudiste desarrollar en tu época universitaria?
A pesar del rigor académico que caracteriza a la Escuela de Derecho PUCV siempre pude compatibilizar bien mis tiempos con las actividades deportivas, políticas y sociales adicionales a los deberes académicos curriculares.
Solo por mencionar algunas cosas: fundé un club de montaña, fundé un centro de estudios, fui candidato a presidente la Federación de Estudiantes, fui coordinador regional de Desafío Levantemos Chile, me metí a bomberos, etc.
A veces dormía poco, pero aprovechaba (y disfrutaba) la vida.
5.- ¿Cómo se ha hecho presente el sello PUCV en tu vida personal y/o profesional?
Una vez un profesor nos dio un mal consejo: “estudien todo lo que puedan ahora que están en la universidad, porque todo lo que sepan después como abogados dependerá de estos 5 años”.
Naturalmente, no es un mal consejo aprovechar el paso por la universidad para estudiar todo lo que se pueda. Pero no es cierto que el saber de un abogado (o de cualquier otra profesión) se adquiera en 5 años de estudio para luego solo dedicarse a trabajar. Quizás esa era la lógica antigua, pero hoy uno no puede dejar nunca de estudiar. El mundo es demasiado complejo.
En mi trabajo actual, por ejemplo, he debido enfrentarme a una gran variedad de disciplinas relacionadas con las relaciones económicas internacionales como las diversas materias contenidas en los acuerdos comerciales, o el funcionamiento de los organismos internacionales y foros económicos multilaterales.
Ninguna de estas materias podría ser abordada con suficiente detalle y profundidad dentro del programa de pregrado. Por eso, más que conocimientos específicos, lo que uno realmente adquiere en la Escuela es la capacidad de enfrentar una diversidad de materias y situaciones complejas con un criterio jurídico amplio, riguroso y metódico. Ese es el verdadero sello, e invaluable aporte para la vida personal y profesional, de la Escuela de Derecho PUCV.
6.- ¿Qué le aconsejarías a nuestros alumnos y futuros alumnos de Derecho PUCV?
Les diría lo mismo que nos dijo el Dr. Prof. Nelson Reyes en alguna clase de Teoría del Derecho cuando estábamos en primer año: “la vida es aquello que pasa mientras estudiamos Derecho”.
Es decir: estudien todo lo que puedan, pero no sólo estudien. Aprovechen (y disfruten) la vida. ¡Que no se les pase por el lado!
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